lunes, 12 de julio de 2010
Recentemente ouvi uma assistente social dizer: “A solidão transformou-se num dos maiores problemas da nossa época. Temos de fazer algo para combatê-la”. Não imagino o que ela pretende realizar, mas sei que nenhuma iniciativa humana solucionará definitivamente a solidão.
Quando Deus criou o ser humano, Ele mesmo queria preencher o coração do homem. Se, entretanto, as pessoas decidem excluir Deus da sua vida, não é de admirar que se sintam solitárias, que seu coração esteja vazio ao invés de repleto da presença divina.
Você não precisa estar necessariamente sozinho para se sentir solitário. Todo coração humano necessita de um amigo – alguém em que possa confiar. Precisamos de alguém que realmente nos conheça e nos entenda, que nos envolva com cuidados, quaisquer que sejam nossos problemas. Onde, entretanto, podemos achar tal amigo? É impossível encontrar um ser humano que nunca nos decepcionará – somente Jesus é o Amigo perfeito!
Apenas Ele tem a resposta para seus problemas. Ele o conhece melhor do que você mesmo. Apesar de tudo, Jesus o ama e cuida de você, de uma forma como ninguém mais seria capaz. Aceite-O como Amigo, e você nunca mais se sentirá solitário. Aliás, como seria possível sentir-se sozinho, se seu melhor Amigo estará sempre com você?
Essas não são teorias, mas certezas baseadas na experiência. É maravilhoso estar sozinho quando você estiver só com Ele. Não é possível expressar esse sentimento em palavras. A companhia humana é algo muito pobre se a compararmos à comunhão com Jesus. Se você estiver consciente da Sua presença dia após dia e hora após hora, seu coração ficará repleto de paz e de alegria indescritíveis.
No hay limitaciones a la mente excepto aquellas que nosotros permitimos ~
Si piensas que estás vencido, lo estás.
Si piensas que no te atreves, no lo harás.
Si piensas que te gustaría ganar pero no puedes, no lo lograrás.
Si piensas que perderás, ya has perdido.
Porque en el mundo encontrarás
que el éxito comienza con la VOLUNTAD del hombre.
Todo está en el estado mental.
Porque muchas carreras se han perdido
antes de haberse corrido,
y muchos cobardes han fracasado
antes de haber empezado su trabajo.
Piensa en grande y tus hechos crecerán.
Piensa en pequeño y quedarás atrás.
Piensa que puedes y podrás.
Todo está en el estado mental.
Si piensas que estás aventajado, lo estás.
Tienes que pensar duro para elevarte.
Tienes que estar seguro de ti mismo
antes de intentar ganar un premio.
La batalla de la vida no siempre la gana
el hombre más fuerte, o el más ligero,
porque, tarde o temprano, el hombre que gana
es el que cree poder hacerlo.
Sacado de un poema del Dr. Christian Barnard.
Si piensas que no te atreves, no lo harás.
Si piensas que te gustaría ganar pero no puedes, no lo lograrás.
Si piensas que perderás, ya has perdido.
Porque en el mundo encontrarás
que el éxito comienza con la VOLUNTAD del hombre.
Todo está en el estado mental.
Porque muchas carreras se han perdido
antes de haberse corrido,
y muchos cobardes han fracasado
antes de haber empezado su trabajo.
Piensa en grande y tus hechos crecerán.
Piensa en pequeño y quedarás atrás.
Piensa que puedes y podrás.
Todo está en el estado mental.
Si piensas que estás aventajado, lo estás.
Tienes que pensar duro para elevarte.
Tienes que estar seguro de ti mismo
antes de intentar ganar un premio.
La batalla de la vida no siempre la gana
el hombre más fuerte, o el más ligero,
porque, tarde o temprano, el hombre que gana
es el que cree poder hacerlo.
Sacado de un poema del Dr. Christian Barnard.
Proverbios 23:17-18 ~
Cuando vemos cómo prosperan los pecadores, fácilmente somos tentados por la envidia, y cuando oímos el canto de su regocijo mientras nosotros estamos afligidos, casi llegamos a creer que se han llevado la mejor parte.
Mas pensar así es insensatez y pecado.
Si los conociéramos mejor y consideráramos su fin, serían para nosotros objeto de lástima.
El remedio contra la envidia consiste en vivir constantemente en el sentimiento de la divina presencia, en la adoración y continua comunión con Dios.
Una religión verdadera transportará nuestra alma a regiones superiores, donde nuestro juicio será más claro y más altos nuestros pensamientos.
Cuanto más penetrados estemos del cielo, menos codiciaremos el mundo.
El temor de Dios ahuyenta la envidia de los hombres.
El golpe fatal contra la envidia es la serena meditación del futuro.
Las riquezas y glorias de los impíos son vanas apariencias.
Su brillo es pasajero y presto se apaga.
¿De qué aprovecha al pecador su prosperidad si es alcanzado del juicio de Dios?
En cambio, el hombre de Dios tendrá como fin la paz y la bienaventuranza, y su gozo nadie se lo arrebatará.
Por lo tanto, despójese de la envidia y busque el verdadero contentamiento del espíritu.
Hoy la esperanza en el Señor se acortará. Dios se extenderá con poder a mi vida.
Señor, Gracias por la esperanza que en ti tengo. No tengo que mirar los pecadores que parecen que prosperan. Mi esperanza no está en lo que veo alrededor sino en tus promesas. Amén !
Mas pensar así es insensatez y pecado.
Si los conociéramos mejor y consideráramos su fin, serían para nosotros objeto de lástima.
El remedio contra la envidia consiste en vivir constantemente en el sentimiento de la divina presencia, en la adoración y continua comunión con Dios.
Una religión verdadera transportará nuestra alma a regiones superiores, donde nuestro juicio será más claro y más altos nuestros pensamientos.
Cuanto más penetrados estemos del cielo, menos codiciaremos el mundo.
El temor de Dios ahuyenta la envidia de los hombres.
El golpe fatal contra la envidia es la serena meditación del futuro.
Las riquezas y glorias de los impíos son vanas apariencias.
Su brillo es pasajero y presto se apaga.
¿De qué aprovecha al pecador su prosperidad si es alcanzado del juicio de Dios?
En cambio, el hombre de Dios tendrá como fin la paz y la bienaventuranza, y su gozo nadie se lo arrebatará.
Por lo tanto, despójese de la envidia y busque el verdadero contentamiento del espíritu.
Hoy la esperanza en el Señor se acortará. Dios se extenderá con poder a mi vida.
Señor, Gracias por la esperanza que en ti tengo. No tengo que mirar los pecadores que parecen que prosperan. Mi esperanza no está en lo que veo alrededor sino en tus promesas. Amén !
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