jueves, 19 de abril de 2012

Llegar a la meta sin correr ?


Un día, «Charlie Brown» (el de las tiras cómicas) estaba en el patio trasero de su casa practicando tiro al blanco con su arco y sus flechas.
Templaba el arco y lanzaba la flecha a una cerca. Luego, iba donde había caído la flecha y dibujaba un blanco a su alrededor.
Luego de tirar varias flechas y arcos más tarde, Lucy le dijo:
 «No puedes practicar tiro al blanco de esa manera. Primero dibuja el blanco, entonces tira la flecha». La respuesta de «Charlie» fue: «Lo sé, pero si lo haces a mi manera, ¡nunca fallarás!»

Lamentablemente, muchas personas conducen sus vidas como «Charlie» a las flechas. Nunca dibujan un blanco, por lo tanto nunca fallan el blanco. Pero nunca dan en uno, tampoco.


Cuando estaba en el colegio, se terminaba de reconstruir una cancha de básketbol. Se hizo una plataforma de cemento, se puso un tablero en él y faltaba la canasta. No hay ningún problema, pensé.
Tengo una flamante pelota de baloncesto y una nueva plataforma en la cual puedo practicar. Durante unos minutos jugué con mi pelota sobre el cemento. Pronto me aburrí, y lancé la pelota al tablero una vez. Dejé que la pelota rodara fuera de la cancha y no la volví a tomar hasta que colocaron el aro. ¿Por qué? Porque no hay ninguna gracia en jugar baloncesto sin un aro. Lo bonito es tener algo por qué esforzarse. Se entiende el punto?
No es el día para seguir disparando sin tener un blanco. Has disparado una y otra vez, pero sabés, allá en el fondo, que no tenés ni meta, ni blanco ni estás caminando con propósitos firmes, lo hacés por hacer y así todo pierde el sentido.
Detente, levanta tu mirada y comienza con el anhelo de tu alma a buscar una meta, un blanco y sobre todo el gran propósito de tu vida.