martes, 27 de enero de 2015

Promesas con mermelada.

Ya tenemos en cuenta que están tocando nuestras puertas las elecciones de nuestras nuevas autoridades. Los pobladores de 250 distritos de toda la república irán peregrinando a cumplir sus obligaciones como ciudadanos.. o no?!
Pienso que más que nunca posicionaremos nuestras lupas sobre aquellos que pretendan administrar nuestras ciudades, probablemente ya conocemos a cada candidato y cada propuesta promulgada por ellos, ¿verdad?, somos ciudadanos comprometidos e interesados con el bienestar y desarrollo de nuestro país por lo tanto ya estaremos bien informados.. o.. ¿no?
La prensa, al igual que todo ciudadano, debe empezar a investigar a los que buscan ser candidatos. Supongo.
Algunos eventos ocurridos en los últimos meses nos muestran qué tan importante pueden llegar a ser los cargos municipales para la institución más poderosa de este país: “la mafia”. Se van destapando unos que otros acontecimientos que ponen en duda la “honestidad” y la “credibilidad” pero aún así se manifiestan manteniendo protegido a su negocio más importante: “el narcotráfico”. ¿Seremos capaces de identificarlos correctamente y tener un buen criterio de elección?
Pero ya sabemos que no solo los narcos están interesados en el poder municipal. De hecho, sería realmente exagerado decir que son mayoría entre los candidatos a intendentes de todo el país. ¿Me equivoco?
Por supuesto que los partidos tradicionales seguirán apostando a lo suyo: el prebendarismo y el maravilloso arte de una corrupción cada vez mejor maquillada. Porque éste es un país muy generoso.
Aunque no todo es corrupción, narcotráfico, mafia, etc, también es sinónimo de dinero, dinero, dinero, que probablemente financiará muchas caravanas, afiches y pasacalles, pero en una enorme cantidad de distritos será el mismo Estado el principal sostén de campañas. El guaraní grafica con su usual ingenio de qué se trata este fenómeno electoral: “un rekutu”. Como diría Fernando Boccia, y en esto le doy la razón realmente. ¿Podríamos intentar fijar nuestras lupas sobre aquellos que serán nuestros gobernantes?.

Aún nos queda mucho por escuchar y descubrir en esta nueva “temporada de promesas” que reinicia cada cinco años.