Ya tenemos en cuenta que están tocando nuestras puertas las elecciones de nuestras nuevas autoridades.
Los pobladores de 250 distritos de toda la república irán peregrinando a
cumplir sus obligaciones como ciudadanos.. o no?!
Pienso que más que nunca
posicionaremos nuestras lupas sobre aquellos que pretendan administrar nuestras
ciudades, probablemente ya conocemos a cada candidato y cada propuesta
promulgada por ellos, ¿verdad?, somos ciudadanos comprometidos e interesados
con el bienestar y desarrollo de nuestro país por lo tanto ya estaremos bien
informados.. o.. ¿no?
La prensa, al igual que todo
ciudadano, debe empezar a investigar a los que buscan ser candidatos. Supongo.
Algunos eventos ocurridos en
los últimos meses nos muestran qué tan importante pueden llegar a ser los
cargos municipales para la institución más poderosa de este país: “la mafia”. Se
van destapando unos que otros acontecimientos que ponen en duda la “honestidad”
y la “credibilidad” pero aún así se manifiestan manteniendo protegido a su
negocio más importante: “el narcotráfico”. ¿Seremos capaces de identificarlos
correctamente y tener un buen criterio de elección?
Pero ya sabemos que no solo los
narcos están interesados en el poder municipal. De hecho, sería realmente
exagerado decir que son mayoría entre los candidatos a intendentes de todo el
país. ¿Me equivoco?
Por
supuesto que los partidos tradicionales seguirán apostando a lo suyo: el
prebendarismo y el maravilloso arte de una corrupción cada vez mejor
maquillada. Porque éste es un país muy generoso.
Aunque no todo es corrupción, narcotráfico,
mafia, etc, también es sinónimo de dinero, dinero, dinero, que probablemente
financiará muchas caravanas, afiches y pasacalles, pero en una enorme cantidad
de distritos será el mismo Estado el principal sostén de campañas. El guaraní
grafica con su usual ingenio de qué se trata este fenómeno electoral: “un
rekutu”. Como diría Fernando Boccia, y en esto le doy la razón realmente. ¿Podríamos
intentar fijar nuestras lupas sobre aquellos que serán nuestros gobernantes?.
Aún nos queda mucho por
escuchar y descubrir en esta nueva “temporada de promesas” que reinicia cada
cinco años.