sábado, 2 de julio de 2016

Cuando nos abrace el tiempo.

Cuando estemos envejeciendo y se nos achique el paisaje en el horizonte.
Cuando el sol de invierno afloje el frío y nos dé una hostia frente al espejo.
Cuando estemos envejeciendo y nos tiemblen de ganas de vivir las manos.
Cuando nos sobre el llanto y nos sorprenda una risa.
Cuando necesitemos silencio y nos agite la bulla.
Cuando estemos viejos, cuando estemos solos con nuestros pensamientos.
Cuando tengamos más recuerdos que nuevos momentos que recordar.
Cuando quede la casa vacía y en la alfombra la marca fría de muebles viejos.
Nos querremos tanto que no tendremos tiempo de acordarnos del tiempo.
Nos querremos tanto que no echaremos de menos la ausencia y el olvido.
Nos querremos tanto que no tendremos en cuenta las estaciones ni el camino recorrido.
Cuando estemos viejos, yo te prometo, que seguiré tu cómplice, tu aliada.
Será la dulzura mi escudo, las poesías mi blasón.
Será mi cariño tu perdón y mis palabras de aliento tu bendición.
Andaremos juntitos, inquietos pero sin miedos.
Andaremos juntos, discretos, engañando al tiempo que nos queda.
Fingiéndole al espejo con una mueca.
Cuando estemos envejeciendo, viviremos de recuerdos.
Reviviremos de emociones, crearemos un mundo nuevo.


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